Y aquí vamos de nuevo.
El día miércoles 12 de marzo, después de una rica jornada de oficina (¿existe un mejor momento pa’ una wena chela que después de un acalorado día de oficina?), con Luís Molina como invitado, me dirigí a cumplir con mis deberes ruteros. Y para eso, nos dirigimos a uno de los más tranquilos locales que quedan en el centro, El Rory.
Ubicado en

El Rory es propiedad de doña Ana Jesús Mella, y el local lleva ya 36 años apagando la sed de los ariqueños, pero no solo la sed, sino también el hambre, este es uno de los pocos locales donde te preparan lo que quieras: a la hora de almuerzo, el wen menú te sale por $1400, pa’ la tardecita te preparan wenos sanguches (completos, churrascos, etc.) y a la hora de once la paila de huevo con marraqueta y té la lleva. Pero la verdadera especialidad de la casa es el ceviche, siempre fresco, hecho con pescados del día, los mismos que se usan pa’ preparar la segunda especialidad de la casa: los sanguruchos de pescado, frescos a toda hora. Lo mismo que unas ricas empanadas de queso, las que después de un par de chelas, puta que vienen bien pa’ rellenar el estomago, y si les ponen un poquito del ají que ahí preparan, mejor todavía.
El local es pequeño, consta solamente de una larga barra con varios asientos y 3 “mini mesas” para dos personas, pegadas a la muralla en un angosto pasillo. El problema de esta barra abierta a la galería son los siempre presentes macheteros, que te wevean para que les convides de tú chela, y los eternos vendedores ambulantes, aunque no fueron tantos como pa’ ser una gran molestia en todo caso.
Info pa’ los peloteros, a pesar de lo pequeño del local, cuenta con un gran televisor donde transmiten los partidos del torneo local via CDF, y no tienen ninguna preferencia por equipos, así es que todos los colores son bienvenidos, siempre que sea en buena onda, recuerden que el local es bien tranquilo, y quieren mantenerlo así. Incluso ese día me tocó ver el partido entre la U de Chile y la U de Conce, y había poca gente y todos comentando sin atao’.
Como hay una tele grande todo el día transmitiendo, no hay música... Sip, no hay música, pura tele, que le vamos a hacer.
El local es atendido por la sra. Maria Labarrera, quien lleva solo unos meses trabajando ahí y esta en el turno de la mañana, pero por encontrarse enferma la otra persona, se tenía que quedar en la tarde también. Pero la verdadera estrella de El Rory es la Sra. Amada, encargada de la cocina del local y quien lleva 7 años siendo la regalona de los habituales. Una sra. que a pesar de tener sus buenos años encima, tiene una personalidad de la puta madre y desborda simpatía y cariño por sus comensales. Para darles un ejemplo, voy a reproducir un dialogo que tuvo con un grupo de clientes, del que fui testigo:
Cliente uno: (la sra. Amada le sirve unas empanadas) Pucha sra.mada’, si tuviera 80 años menos me caso con uste’.
Sra. Amada: ¿si?, tu estarih’ en tus veinte (años) pero igual te hago peazos’. Vai’ a terminar pidiendo agüita.
Puta que me reí con eso.
Los precios en El Rory están acordes al mercado chelistico: $1200 cristal-escudo de litro, la ….. naahh, vean la foto.
El pequeño gran detalle negativo del local, es el baño. Todo mal con el baño. Pero mal, mal. Mal. MAL. MAL. Chico, oscuro, sucio, maloliente, apartado de todo y más encima del poco espacio que tiene, parte es usado para acopiar cajas de chela. Cuando digo mal, es mal. Ahora, eso es el baño de hombres, y viendo eso, ni siquiera me atreví a preguntar si tienen baño de mujeres, aunque si tienen clientas mujeres por lo que se ve.
Resumiendo un poco, eché a correr nuevamente
Vayan a El Rory, los van a atender bien, van a comer y tomar rico y barato, y la conversa’ con las sras. y los clientes es mas que grata. Si pasan por ahí, díganles que leyeron el comentario en
Hasta la próxima.
Pd: Se solicitan compañeros de ruta que no se vayan temprano y a los que la sra les de permiso pa’ tomarse unas chelas con los amigos. Si le interesa, inscríbase.