octubre 09, 2007

La China


Tucapel 1881, llegando a Juan Antonio Rios.

Abierto de las 11 a.m. a las 00 hrs. aprox. (hasta que haya gente).

Esta salida a terreno de La Ruta fue algo bizarra. No por el local en sí, o por la garzona quien amablemente nos atendió, sino que por la fauna local del local, que transformó nuestra visita en la mas pelacable e incoherente de la corta historia de La Ruta.

Llegamos a La China cerca de las 7 de la tarde. Daniel, como se aprecia en la fotos, impecablemente vestido para la ocasión, lo que le valdría el apodo de “sr. Ejecutivo”… con todo respeto…

El local no es muy grande que digamos, 7 mesas, una gran barra al centro y una gran chancha enjaulada completan el mobiliario (las jaulas en las chanchas se están volviendo un elemento común en las fuentes de soda. ¿Tan pasteles son los clientes?).

La chancha, como ya es habitual, va mas tira’ pal’ lado de las cumbias y las rancheras, pero nos encontramos con un clásico de clásicos, con el maestro de maestros, con el gorrión de Conchalí el único, el inigualable: Zalo Reyes. Así es que por $100 inauguramos la tarde con “Una lagrima y un recuerdo”, la k creímos era “Una lagrima en la garganta”, pero nunca fue, esa vino después.

La China es propiedad de Doña Adriana Mayorga, mujer con años en el rubro y dueña tambien de otras tres fuentes de soda: La Felicidad, El Nuria y Los Astronautas. Las que obviamente serán próximas paradas de la ruta. Nos encantaría haber hablado con ella, pero nunca apareció por el local, el que es atendido por Carol, quien llevaba solo 5 días trabajando en él, por lo que en realidad no nos pudo contar mucho de la historia de La China como hubiésemos querido, y se notaba un tanto tímida y falta de confianza. Esperemos que con el tiempo se vaya soltando más, aparte solo tenia 19 años, un bebé aún.

Lo bueno de la China es la variedad en las chelas, hasta Lemon Stone tenían, pasando por la Royal Guard y la Heineken, y pa’ los de paladar mas fino, la nunca bien ponderada Dorada. Los precios están que accesibles y no varían mucho de otros locales: Cristal – Escudo litro: $1200, de ½ $700. Dorada ltr $1000. Cuzqueña ltr.100 $1200. Royal – Heineken $1300. Lemon Stone $500. Chelas chicas $400. Bebidas $400. No se sirve nada para comer, pero se venden unos paquetes de papas fritas y maníes pa’ hacer sed.

La desinformación del local pasó a un segundo plano a medida que pasaban las cervezas, y comenzó el desfile de personajes freaks. Desde un tipo muy ebrio que invitó a un par de jovenzuelas, también harto arriba de la pelota, a sentarse con él, pero como k no le resultó mucho y las minas se anduvieron enojando, hasta un tipo obrero de la contru k a cada rato nos pedía disculpas por la pinta y que después no dejaba de pedirnos que le sacáramos fotos y terminó discutiendo solo en una mesa, ambos clientes habituales del local, pero que encontramos en sus días mas jugosos, pero buena onda. Pero todos los laureles se lo llevan dos personajes: el sr. Maiken Humere Fica (escribo Maiken literalmente, por que nunca se le entendió mucho que decía y nunca me pudo explicar bien como se escribía) y nada mas ni nada menos que Don Juan Carlos Dodds Laspiur, mas conocido como el superman, uno de los afamados locos Vadulli. Con estos dos personajes estuvimos conversando hasta tarde, y analizamos teorías importantísimas y revisamos la historia universal. Impagable fue el discurso de Don Miaken sobre “Alejandro Magno, sus principios, universo conocido, su historia y de cómo renuncia a todo” (sic), y luego se manda la gran pregunta gran:” ¿Dónde nace la virtud del hombre?, el momento preciso de la vida es el momento que se muere”………… aun trato de entender esa frase. Pura sabiduría de cantina. Todo esto mientras cantaba tangos y nos contaba de su parcela en Lluta y sus choclos, bueno, trataba de contarnos, por que no se le entendía ni wea.


La oportunidad de conversar con un personaje como Juan Carlos Dodds, que te cuente la historia de su familia, sus hermanos y como están todos, mientras se saca la polera y posa para la cámara es simplemente impagable, y son las grandes conversaciones que solo se dan en las fuentes de soda, acompañadas de una cerveza. Estas experiencias pagan completamente las salidas de La Ruta y son las que nos dan mas ganas de recorrer estos antros de cultura y conocimiento que son nuestras queridas fuentes de soda.

En resumen, de La China no supimos mucho, pero puta que la pasamos la raja, las fotos estuvieron simplemente notables, tomamos harto, surtido y barato, aprendimos incoherentes lecciones de vida y nos reímos hasta que me dolió la mandíbula.

Vayan si o si a La China. Satisfacción garantizada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lejos las mejores fotos que han tomado hasta ahora, y al parecer las mejores conversaciones también. Wenas, wenas... Apúrense en poner la última visita que hicieron, no dejen pasar mucho tiempo. Nos vemos luego. Besos y abrazos.

Memento Mori dijo...

Excelente blog, datos muy wenos y ya me dio sÉ....


saludos